Texto curatorial – Nathalie Goffard

Las constelaciones, las fronteras, los meridianos, las líneas cartográficas y geodésicas son lo que el antropólogo Tim Ingold denomina líneas fantasmas, pues en realidad son líneas imaginarias, apariciones o relatos que permiten contar historias y enlazar puntos en el espacio.

Algo parecido sucede con los árboles genealógicos, los mapas lunares o las diferentes cosmovisiones existentes para representar el mundo, tales como las andinas, aimaras o chinas, de las cuales se inspira Jocelyne Rodríguez Droguett. Es así como logra reescribir trazados y líneas, creando lazos, vinculando su autobiografía, la comunidad que habita, los cultivos agrícolas, los conceptos del herbolario europeo, el intercambio de saberes ancestrales y el acto mismo de bordar sobre imágenes fotográficas.

¿En qué se asemejan la siembra y el bordado? Ambos crean surcos y tejidos cartográficos para hacer emerger nuevas formas de vida. Es más, los hilos y los trazos, como dice el mismo Ingold, no son tan diferentes, ya sea por adición o sustracción, se transforman los unos y los otros en nuevas superficies e inscripciones.

“Sanadoras. Mujer Medicina” es un proyecto de investigación artística que indaga en la sanación a través de las plantas, también conocida como fitoterapia o medicina natural. Son saberes transmitidos ancestralmente de generación en generación. Mas, como bien lo muestra la artista, han sido predominantemente las mujeres, quienes, a través de ese conocimiento, la observación de ciclos naturales, conectados a su vez con las propias emociones y biologías humanas, han ido desarrollado el oficio de sanar a sus respectivas comunidades mediante las plantas.

La obra de Jocelyne se vincula ciertamente con la corriente del ecofeminismo, que plantea que tanto el género femenino y como la biodiversidad están profundamente vinculados, al ser ambos considerados como secundarios en el modelo patriarcal y extractivista. El respeto a la diversidad se ha vuelto pues, un conocimiento especializado de las mujeres para crear otras alternativas en la jerarquía imperante.

Esta exposición incorpora videos y fotografías bordadas, explorando las posibles relaciones visuales y conceptuales entre mapas lunares, ciclos menstruales, astronómicos e iconografía andina en conjunto con registros de huertas, plantas y hortalizas.  Bien lo decía Violeta Parra: “Las flores de mi jardín serán mis enfermeras”, pues la autonomía de los cuerpos y el auto-sustento alimentario, no busca solamente la supervivencia, sino también esa capacidad de cuidar nuestro entorno con lo que tenemos a mano.